Aunque el rendimiento y la eficiencia de corte han mejorado constantemente con el tiempo, se ha mantenido una característica fundamental. El  corte con una  cortadora eléctrica de cadena  diamantada generalmente requiere un esfuerzo físico significativo por parte del operador para cortar de manera efectiva. Esto puede provocar fatiga del operador y pérdida de productividad, lo que generalmente limita este método de corte a un conjunto relativamente limitado de aplicaciones. A medida que el mercado de  corte y taladrado de hormigón continúa expandiéndose, los requisitos de seguridad y ergonomía se vuelven más estrictos y surgen nuevas aplicaciones que requieren el uso de una  cortadora  con cadena  díamantada, se vuelve cada vez más importante  minimizar el problema del esfuerzo y la fatiga del operador.
Con un enfoque en la seguridad y la productividad, ha entrado en el mercado una nueva generación de cadenas  diamantadas. La base del nuevo diseño ya no se remonta a los orígenes de la cadena de motosierra para cortar madera; más bien es una arquitectura de chasis completamente nueva que está diseñada específicamente para soportar y estabilizar mejor los diamantes en el corte. Esta  interacción mejorada y más rígida entre los segmentos  diamantados y la pieza de trabajo sirve para prolongar la vida útil de los diamantes al reducir significativamente las cargas de vibración e impacto en el corte, lo que minimiza las fracturas y extracciones del diamante. El resultado es una formulación de segmento de corte mucho más suave y libre que no sacrifica la vida útil del diamante.
Entonces, ¿qué significa esto para el operador en el lugar de trabajo? Una cadena  diamantada revolucionaria que requiere menos  esfuerzo y corta más suave y recto. En las aplicaciones típicas de corte de cadenas  diamantadas, el esfuerzo de un operador es consumido por varios modos diferentes. El primero es más obvio, la  presión o empuje que el operador aplica directamente a la  cortadora eléctrica para  penetrar la cadena en la pieza de trabajo. El segundo modo, y quizás menos obvio, es la vibración de corte. Esta respuesta de alta frecuencia de la cadena se transmite a través de los mangos de la  cortadora eléctrica y hacia las manos y los brazos del operador, lo que provoca tensión en los músculos. Estas vibraciones existen en la mayoría de los equipos de corte manuales y tienden a aumentar la fatiga del operador durante una jornada laboral típica. El tercer y último modo es la fuerza que el operador imparte sobre la  cortadora eléctrica para equilibrar y seguir la trayectoria de la cadena en el corte para lograr un resultado recto. Esta fuerza puede generar patrones de desgaste desiguales en la cadena y la barra guía, lo que genera más problemas de rectitud de corte y, por lo tanto, limita la vida útil del sistema de corte.
